jueves, 8 de octubre de 2009

El oportunista

“Me he clavado un alfiler en el pescuezo,
me he juntado con los punk, soy un moderno,
ahora me meo en el metro, nada me importa,
y le pego hasta a mi padre, soy un pasota”


Así retrataba Rosendo Mercado, al frente del insuficientemente valorado grupo Leño, a la gente que a principios de la década de los ochenta se apuntaba la emblemática movida madrileña, intentando resultar los más originales y distintos de los demás. En aquella época, en Madrid, si no tocabas en un grupo de rock, pintabas, esculpías, hacías fotos o happenings en general, es decir, algo que te distinguiese de la plebe vulgar, te podías considerar un auténtico pringao fuera de onda.

Y algo parecido, salvando las distancias del tiempo y el espacio, ocurre en la actualidad con el sector de los “enteradillos” de Internet, un colectivo que, aunque invisible para el gran público, se consideran a sí mismos como los amos del calabozo de las redes y de la tecnología en general.

La máxima aspiración de este colectivo es llegar a ser gurús de las TIC; que sus blogs y páginas en redes sociales lleguen a ser verdadera referencia para el sector, independientemente de que tan solo repitan noticias que pillan en Mashable o Wired: la meta es siempre estar a la última.

Y te das cuenta que sus twitters son verdaderos teletipos sobre el último berrido de la industria del móvil o la más cool API de Facebook, y que no aportan prácticamente nada de análisis sobre lo que está pasando a su alrededor –que es lo que resultaría interesante-; y encima cuando tratas con ellos cara a cara y humildemente les pides que te introduzcan un poco en los pormenores de este nuevo mundo Web 2.0, te tratan con un desprecio tal que te sientes Barnie Gamble, el amigo (más) borracho y lerdo de Homer Simpson.

Lo cierto es que cuando escuchas una conferencia de un científico de verdad, como Lázsló Barabási, experto mundial en redes y autor de Linked, una reflexión bastante profunda sobre todo tipo de redes (biológicas, humanas, de telecomunicaciones…), es cuando te das cuenta de la de payasos que tiene este circo, muchos más que trapecistas, que a fin de cuentas se la juegan, y de lo vacío de sus discursos.

1 comentario:

  1. Cada día me gusta más tu blog. Y no es porque sea tu hermano, que conste

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