martes, 25 de febrero de 2014

El ranking de los países más innovadores


De acuerdo con el ranking de Bloomberg, Corea del Sur es el país más innovador del mundo. Se trata de una clasificación basada en un indicador sintético compuesto por siete métricas específicas, que ha sido aplicado a 200 países.

El podio lo completan Suecia y Estados Unidos, y siguen la cola de los 10 primeros Japón, Alemania, Dinamarca, Singapur, Suiza, Finlandia y Taiwan. Es decir, que dejando de lado la iniciativa yanqui, la alta innovación se concentra principalmente en los continentes europeo y asiático.

Para encontrar una región distinta de las anteriores tenemos que descender hasta el puesto 40 del ranking, que es ocupado por Sudáfrica, mientras que cinco más abajo se encuentra Brasil y en el 48 Argentina.

El indicador general de innovación está construido en torno a siete indicadores más simples:
  • Intensidad de la I+D: porcentaje del gasto en I+D sobre el PIB.
  • Productividad: PIB por persona empleada mayor de 15 años.
  • Densidad de alta tecnología: porcentaje de empresas de alta tecnología sobre el total de empresas.
  • Concentración de investigadores: número de investigadores por cada millón de habitantes.
  • Capacidad manufacturera: valor añadido de las manufacturas como porcentaje del PIB y como porcentaje del valor añadido de las manufacturas mundiales.
  • Eficiencia terciaria: tasa de matriculación de estudiantes para recibir educación post-secundaria y su especialización.
  • Actividad de patentes: solicitudes presentadas de patentes por residentes por millón de habitantes y por cada millón de gasto en Investigación y desarrollo.
España aparece en el puesto 32 de la lista, por debajo de Portugal, Israel y Eslovenia, y por encima de Islandia, Malasia y Grecia. No es un puesto ni demasiado malo ni demasiado bueno: estamos entre los 50 primeros, pero no entre los 25 países más innovadores del mundo.

Tampoco estamos dentro de los 10 mejores países en ninguno de los siete indicadores parciales, aunque nos quedamos muy cerca en el caso de la Eficiencia terciaria, pues ocupamos el puesto 11 del total.

El siguiente mejor dato lo tenemos en la Tasa de Productividad, ranking que encabeza Luxemburgo, y en el que estamos en el puesto 23. En lo relativo a la Concentración de investigadores estamos en el lugar 27, en la Tasa de intensidad en I+D en el 28, y finalmente, en Capacidad manufacturera en el 29.

Peores puestos ostentamos en Actividad de patentes (35) y especialmente en Densidad de alta tecnología (54). Es decir, que no tenemos una gran concentración de empresas de alta tecnología, ni destacamos por el número de desarrollos o ideas patentadas.

martes, 18 de febrero de 2014

Empresas digitales para los nuevos mercados


Otra vez me ha salido un post que lleva la palabra digital, o una de sus variantes, en el título. A riesgo de parecer más repetitivo que la cebolla, lo cierto es que todo indica que las economías emergerán de la crisis en un entorno más relacionado con los unos y los ceros que con la tradición analógica anterior.

Esta vez el análisis se lo debemos a Accenture y a su informe Remaking Costumer Markets, un trabajo que analiza cómo serán los mercados de las empresas cuando salgamos de la crisis. Y la verdad es que el panorama impresiona, aunque se enfoque como un reto o desafío.

El estudio parte de una encuesta a 500 empresas de 10 países acerca de qué factores consideran que van a determinar su estrategia en los próximos cinco años.

El escenario al que se enfrentan las compañías está marcado por dos factores: la incertidumbre en las condiciones macroeconómicas y la innovación disruptiva, ese viejo conocido del que hablábamos en el post anterior. La tecnología va a rediseñar las normas de funcionamiento de los sectores económicos y a difuminar sus fronteras, de forma que las compañías de un área económica pueden llegar a competir con otras de sectores que aparentemente son ajenos.

Resulta significativo que alrededor del 80% de las empresas consultadas planean su crecimiento en torno a nuevos modelos de negocio. En muchos casos se prevé operar en nuevas áreas de negocio estableciendo alianzas flexibles con socios estratégicos, pero no se contemplan tanto los modelos tradicionales de fusión o absorción.

Las tecnologías digitales rompen las fronteras que separan las actividades económicas, fomentando el “intrusismo” de agentes distintos de los tradicionales, y en concreto el informe identifica seis áreas donde esto es más acentuado:

  • Salud
  • Pagos
  • Compras
  • Educación
  • Producción
  • Transporte

Para poder sobrevivir y triunfar en este nuevo entorno las empresas deben ser capaces de desarrollar tres tipos de habilidades:

  1. Conocer los mercados; poder anticiparse a las necesidades de los consumidores y prever las tendencias.
  2. Realineamiento organizativo; la habilidad para reorientar la empresa con agilidad para enfrentar nuevos retos y oportunidades.
  3. Orquestar el ecosistema;  capacidad para organizar a un elevado número de proveedores y colaboradores, y optimizar el funcionamiento de esas redes en beneficio del negocio.

En un modelo inédito de funcionamiento no existen todavía reglas o modos cerrados de funcionar, pero las tendencias actuales defienden aspectos como el desarrollo de las habilidades de la mano de obra mediante la tecnología (aumento de la eficiencia) o la creación de una cultura corporativa colaborativa, mediante el uso de redes sociales o fórmulas como el crowdsourcing.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Cuando la innovación es tan devastadora como el Big Bang


Parte de la incertidumbre que están conociendo buena parte de los sectores de actividad de las economías actuales se debe al fenómeno de la innovación disruptiva. Una vez escuche una buena definición de este concepto: mientras un proceso de innovación normal nos lleva de un punto A a un punto B, la innovación disruptiva nos lleva de un punto A al caos.

Bien es verdad que es un factor que impacta mayormente en los sectores más relacionados con la informática y las telecomunicaciones, pero en buena medida puede ir afectando a otros más alejados.

Por poner un ejemplo, hace bien poco los conductores de automóviles se gastaban alegremente una cantidad nada desdeñable de dinero en sistemas GPS; con la difusión masiva de los smartphones y de los software de geoposicionamiento gratuitos en apenas 18 meses el valor de los dispositivos de navegación se devaluó en un 85% para sus creadores, según los expertos.

Este fenómeno es analizado en el libro BIG BANG DISRUPTION. Strategy in the Age of Devastating Innovation, de Larry Downes y Paul Nunes, que equipara la innovación disruptiva con el origen del universo, estableciendo un modelo de comportamiento que sigue las fases del Big Bang.

Los autores definen la disrupción Big Bang como una innovación que da lugar a un producto o servicio a la vez mejor y más barato que los que existen en el mercado en ese momento. Antaño había que centrarse o bien en el coste o bien en la calidad para garantizar ventaja competitiva sobre la competencia, pero la innovación disruptiva abarca los dos aspectos.

Tres son los factores que apalancan esta nueva situación:
  1. Costes decrecientes de creación: tanto de software como de hardware, además de cadenas de producción más eficientes que permiten “customizar” la innovación mucho antes que antiguamente.
  2. Costes decrecientes de información: Internet y las redes sociales permiten conocer mejor los mercados objetivo y tener información en tiempo real de todas las iniciativas que se están llevando a cabo en cualquier parte del mundo.
  3. Costes decrecientes de experimentación: las redes permiten realizar pruebas y experimentos de los nuevos productos y servicios con costes insignificantes.
En este nuevo entorno, el innovador disruptivo rompe los esquemas tradicionales en términos estratégicos, de marketing y de innovación:
  • Frente a la estrategia tradicional de centrarse o bien en los bajos costes, en la calidad del producto o en la personalización del producto o servicio, el disruptivo compite a la vez en los tres frentes lanzando algo barato, de mayor calidad y adaptado a las necesidades.
  • Otra tradición del mundo industrial consiste en primero dirigirse a un pequeño grupo de pioneros en el uso o adopción de la innovación y luego extenderlo al mercado de masas; el disruptivo lanza su innovación de forma masiva y con fácil escalabilidad.
  • Finalmente, el innovador disruptivo lanza experimentos de bajo coste directamente al mercado de masas. Funciona con el método de guerilla de prueba y error.
Los autores del libro redefinen la famosa campana de Gauss de adopción de innovación (dividida en: pioneros en la adopción-rápidos adaptadores-pronta mayoría-mayoría tardía-rezagados), que ahora más que una campana parece la aleta de un tiburón con solamente dos categorías: usuarios que prueban la innovación y el resto.

A partir de aquí es cuando se nos propone una estrategia para sobrevivir en este mercado disruptivo que sigue las fases del Big Bang: Singularidad, Big Bang, Big Crunch y Entropía. Veamos como dibujan Downes y Nunes su panorama del marketing cosmológico:

Singularidad

Es una fase en la que los innovadores realizan experimentos extraños –puede que aparentemente sin sentido-, y empiezan a crear un servicio sin un modelo de negocio aparente (o reconocible), ni por supuesto un modelo de ingresos. Es la etapa de las start-ups, de la financiación por crowdfunding, de las aceleradoras e incubadoras…

Big Bang

Tras el huevo primigenio llega la gran explosión. Todo ocurre a la vez y violentamente: los clientes llegan de golpe o no llegan nunca. No hay grados: el ganador se lleva todo el mercado. La aceleración de la demanda es brutal porque los innovadores trabajan con sistemas de información sobre los mercados casi perfectos y con capacidad para viralizar los mensajes.

Big Crunch

La “gran contracción” llega después del éxito masivo, cuando en el sector innovador disruptivo los agentes se afanan por mantener el mercado conseguido pero no en anticipar las necesidades de sus clientes. Un cambio en las preferencias del cliente o la aparición de nuevos innovadores disruptivos con propuestas alternativas pueden quitarle el mercado a las jóvenes empresas triunfadoras.

Entropía

O lo que es lo mismo: la tendencia al caos. Los consumidores han abandonado en masa el sector en declive y se han pasado al nuevo. Hay empresas que encuentran un hueco en el nuevo ecosistema, otras cambian de sector y otras sencillamente desaparecen. En esta fase final del proceso “cosmológico” la energía y la materia están tan dispersas que la productividad del sector es escasa. Quedarán unas pocas empresas que prestarán servicio a consumidores que no han podido o no han querido adoptar los nuevos productos y servicios.

¿Cuál es la recomendación de los autores? Cuando veas que tu empresa está inmersa en un proceso de Big Crunch, espabila y, o te reinventas, o te largas, pero no te quedes allí a contemplar tu seguro hundimiento.

jueves, 6 de febrero de 2014

La trampa de la renta intermedia en Asia: no es desarrollo todo lo que reluce

A pesar de las espectaculares tasas de crecimiento económico que manifiestan las economías asiáticas, en concreto China, India y las naciones del sureste asiático, la OCDE ha lanzado el aviso del peligro de caer en lo que denomina “la trampa de la renta intermedia” (middle-income trap), que a su juicio puede estancar y retrasar durante décadas las posibilidades de desarrollo de dichas naciones.

Es un tema al que este organismo internacional dedica su último informe sobre la región, Economic Outlook for Southeast Asia, China and India 2014, que si bien reconoce los progresos de gigante que han realizado estos países en términos macroeconómicos, pone en tela de juicio que todo el crecimiento se traduzca en desarrollo económico.
 
La OCDE define como “la trampa de la renta intermedia” a la situación en la que un país en vías de desarrollo ha conseguido evolucionar desde una renta baja a una renta intermedia incorporando a sus procesos productivos tecnología existente estándar y aumentando la productividad, a la vez que la mano de obra emigra del campo a las fábricas. Ahora bien, si esta economía no da el paso siguiente -invertir en capital humano e innovación y crear un modelo productivo intensivo en tecnología-, se considera que ha caído en la trampa.
 
Por poner un ejemplo de país atrapado por la renta intermedia, la OCDE estima que Indonesia, que presenta un nivel de renta intermedio desde la década de 1990, no pasará al rango de renta alta y a convertirse en una nación avanzada hasta 2042.
 
A algunos de sus vecinos se les dará mejor la cosa: Malasia se espera que dé este salto en 2020, China en 2026 y Tailandia en 2031. Se considera que un país ha caído en la trampa de la renta intermedia cuando mantiene el nivel medio de renta y desarrollo durante una media de 42 años.
 
Históricamente se citan casos de países que en 1960 estaban en la renta media y que quedaron atrapados, por ejemplo, Brasil, Sudáfrica e India. Por el contrario, otros como Japón, Corea del Sur, Singapur e Irlanda, consiguieron ascender a la división de naciones de renta alta.
 
Como es su costumbre y obligación, la OCDE ha elaborado una batería de recomendaciones para evitar que estas economías asiáticas permanezcan en la trampa y que a continuación resumo:
 
  • Invertir en capital humano, infraestructuras e innovación.
  • Fomentar un clima favorable a los negocios y el libre mercado.
  • Garantizar la estabilidad financiera y monetaria.
 En suma, la que la OCDE llama “Asia de la fábrica” debe evolucionar hacia sistemas económicos tecnológicamente intensivos que produzcan bienes y servicios de alto valor añadido. Esto pasa por aumentar el poder adquisitivo de la población con el fin de garantizar una poderosa demanda interna.
 
El sector servicios sigue siendo raquítico en estos países (su peso está en torno al 37 y 45% desde 1990) y necesita un mayor desarrollo. Igualmente, el sistema financiero debe modernizarse para poder ofrecer la gama de productos que requiere una economía desarrollada.
 
Finalmente, el documento aboga por la cooperación y la alianza entre las naciones de la región, algo que se vislumbra como una fortaleza de cara a garantizar su poder como polo económico mundial.
 
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