sábado, 25 de octubre de 2014

Los errores de predicción en la economía digital o problemas en el paraíso de Internet


Los sucesivos bandazos que ha conocido el mundo digital desde que hacia 1995 Internet entró en la vida del ciudadano medio a menudo han tirado abajo los más sólidos vaticinios de los oráculos del sector de los unos y los ceros.

Y es que resulta difícil pronosticar en este mundo actual del cambio vertiginoso en el  que las tendencias irrumpen sin avisar, un mundo que no supo ver llegar la denominada red de redes, pues en 1993 todavía se pintaba un escenario de las telecomunicaciones futuras protagonizado por servicios de datos como videotex, hoy desaparecido en el pozo del olvido.

Uno de los números de octubre de la revista The Economist se encarga, -a través de  Schumpeter, su firma habitual sobre negocios-, de recordarnos una serie de predicciones sobre la economía digital que no se han cumplido y que en ocasiones han dado lugar a una situación completamente opuesta a la esperada.

Predicción #1: Internet acabará con la hegemonía de las grandes empresas, ha llegado el reino de la pequeña empresa tecnológica. Pues bien, hoy vemos que efectivamente la red ofrece la oportunidad de acceder al mercado global a miles de pequeñas empresas pequeñas, pero que a la hora de la verdad todo el valor está en manos de unos pocos actores: Google, Facebook, Amazon…

Predicción #2: Internet se basa en el anonimato del usuario, puedes actuar en el escenario digital manteniendo oculta tu identidad. El debate actual sobre el derecho a la privacidad en las redes y la protección de datos personales hace innecesaria cualquier explicación adicional. Solamente tenemos que hacer una búsqueda más o menos comercial en Google para comprobar hasta qué punto la red nos conoce: a partir de ese momento nos emergen en distintas páginas y servicios anuncios relacionados con el producto o rama de productos que hemos buscado, persiguiéndonos como si de una maldición bíblica se tratara.

Predicción #3: Internet suprime las distancias y las barreras geográficas. Pues ésta que parece la más veraz tampoco lo es a juzgar por los estudios realizados sobre el comportamiento del cibernauta. Cuando vemos cómo a través de los servicios de empresas como eBay o Amazon podemos comprar en cualquier rincón del planeta sentimos un aura de omnipresencia.  Pero lo cierto es que los usuarios de la red tienden a comprar en su propio país o en los países vecinos. Por ejemplo, un estadounidense es más proclive a comprar online de webs de Canadá que de Reino Unido.

En este sentido, el artículo argumenta que el mundo virtual no sustituye en absoluto al mundo real sino que ambos se complementan. Una gran parte de las compras realizadas en la actualidad combinan a los dos, bien porque localizamos productos en Internet pero luego los compramos en una tienda física, o al revés, porque tras comprobar que algo nos gusta o sienta bien en un comercio tradicional, lo encargamos online.

Predicción #4: Internet elimina a los intermediarios. Era lógico pensar que un medio que pone en contacto directo al consumidor final con el productor de un bien o servicio determinado no requiera figuras entre ambos que distorsionen los precios. Más el Internet de la actualidad, con una oferta desbordada de información, convierte en necesarias figuras que ordenen y avalen las distintas fuentes, sean comerciales o no. 

Ya nos ocurre en búsquedas de carácter académico, que tendemos a fiarnos más de webs o portales cuya seriedad conocemos. También existen bloggers conocidos en distintos campos que son capaces de guiar a la opinión pública en temas comerciales y en otros que no lo son tanto. 

Y en el campo estricto de la compra de productos, siempre tendemos a confiar más en Amazon, por ejemplo,  que en una empresa desconocida que nos los ofrece, aunque a menudo esta empresa canaliza su oferta a través de Amazon. Es decir, que si vemos unos zapatos que nos gustan en una web totalmente desconocida para nosotros, desconfiamos, pero si los zapatos de esa empresa los vemos en Amazon, entonces compramos online sin reparos.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Vaticinando el futuro tecnológico de la empresa


El estudio sobre la manera en que el cambio tecnológico afecta en la actualidad, y en el futuro inmediato, a la empresa es un ejercicio común realizado por think tanks y empresas de consultoría.

En este caso es Gartner la que nos ofrece una predicción a través de su modelo 2014 Hype Cycle for Emerging Technologies Maps, un esquema de trabajo que permite prever qué tecnologías emergentes irán impactando en los modelos de negocio empresariales en el corto, medio y largo plazo.

La curva que aparece en la figura siguiente establece el ciclo de evolución de cada tecnología emergente desde que nace producto de la innovación hasta que contribuye definitivamente a mejorar la productividad.


En función de este modelo Gartner define un recorrido que siguen las empresas de cara a convertirse en negocios digitales. Son seis etapas o fases:

  1. Analógica
  2. Web
  3. Comercio electrónico
  4. Marketing digital
  5. Negocio digital
  6. Autónomo
El esquema del hiperciclo solamente afecta a los tres últimos estadios:

Marketing digital: es un estado producto de la conjunción de una serie de fuerzas: comunicaciones móviles, medios sociales, la nube y la información. La empresa despliega medios más sofisticados para llegar hasta un consumidor que se involucra en las campañas de marketing como una forma de adquirir notoriedad social, o un valor añadido de producto o servicio.

Esta fase implica a tecnologías relacionadas con: hybrid cloud computing, neurobusiness, gamification, realidad virtual, realidad aumentada, big data…

Negocio digital: una fase que se centra en la convergencia entre personas y cosas. El Internet de las Cosas hace que se diluya la separación entre el mundo real y el virtual. Los activos físicos se digitalizan y forman parte de la cadena de valor junto con elementos virtuales como programas y apps. La impresión en 3D supone un factor disruptivo en la cadena productiva y en la fabricación.

Esta fase implica entre otras a las siguientes tecnologías: impresión y bioimpresión en 3D, Internet de las Cosas, wearables, hogar conectado…

Autónomo: fase final en la que la empresa aplica tecnología para crear capacidades humanas. Por ejemplo, vehículos autónomos que mueven objetos a transportan personas, sistemas cognitivos para redactar textos o programas inteligentes para responder a preguntas de los clientes.

Las tecnologías asociadas a esta etapa son entre otras: asistentes personales virtuales, computación cuántica, vehículos autónomos, robots inteligentes, biochips…
 
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